21 de marzo: DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA DISCRIMINACIÓN RACIAL


En 1966, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 21 de marzo como Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial en conmemoración de la Masacre de Sharpeville.
Ese día de 1960 miles de personas se movilizaron en Sharpeville, Sudáfrica, para rechazar el racismo y el apartheid entonces vigente en ese país. La manifestación fue brutalmente reprimida por la policía, que mató a 69 personas (entre ellas 8 mujeres y 10 niños) e hirió a otras 178.
En la proclama, la ONU reafirmaba que “la discriminación racial y el apartheid son una negación de los derechos humanos y las libertades fundamentales, así como de la justicia, y constituyen una ofensa a la dignidad humana”.

La conmemoración nos invita a recordar que el apartheid en Sudáfrica fue un sistema legal de segregación racial instaurado en 1948. Basándose en motivos de raza, más de 300 leyes limitaron los derechos de la población negra. Por medio de esa legislación, el Estado sudafricano protegió los derechos civiles de menos de cinco millones de personas “blancas” y se los negó a más de veinticinco millones de personas “negras”. Durante más de 30 años, el apartheid hizo de Sudáfrica un país oficialmente racista, donde la discriminación estuvo basada en el color de la piel.

Con relación al Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, en 2013 la ONU aprobó la Proclamación del Decenio Internacional de los Afrodescendientes que comenzó el 1 de enero de 2015 y terminará el 31 de diciembre de 2024, con el tema “Afrodescendientes: reconocimiento, justicia y desarrollo”.
En Argentina, según el último Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas realizado en 2010, 149.493 personas se autorreconocen afrodescendientes: 137.503 son argentinos, 10.182 nacieron fuera de la Argentina pero dentro del continente americano, 1.040 son africanos, 601 europeos y 167 asiáticos. Así, sólo el 8% de afrodescendientes no nacieron en Argentina.

La música y la danza que identifica no sólo a la ciudad de Buenos Aires sino a la Argentina en todo el mundo le debe mucho -por no decir todo- a los afrodescendientes. En efecto, el tango, que en 2009 fue declarado “patrimonio cultural intangible de la humanidad” por la Organización Cultural de Naciones Unidas (UNESCO), se vincula estrechamente con determinado origen africano. Al respecto, el fallecido músico e historiador argentino Juan Carlos Cáceres sintetizó en su libro Tango negro: “La vieja palabra tango, de origen bantú, federaba desde la colonia a todo lo negro en América latina. En América latina, la palabra tango existe desde la llegada de los esclavos. Etimológicamente, tango tiene muchos significados. Así, de acuerdo a ciertos africanistas parisinos, tango (o ‘shango’) significa ‘tambor’, pero al mismo tiempo ‘lugar de esclavos’ o ‘sitio de esclavos’. Estos estudiosos engloban bajo el término ‘tango’ a todo lo relacionado con ‘lo negro’; de esta manera, los esclavistas que enviaban negros a las colonias eran llamados ‘tangomanos’ o ‘tangoâos’”. Antes de Cáceres, Vicente Rossi en su libro Cosas de negros escribió: “Al decir tango englobaban local, instrumentos y baile, y esta manera de interpretar fue sugerida por los mismos negros, que titulaban a sus reuniones por el acto principal de ellas, ‘Tocá Tangó’ (tocar tambor); por eso cuando pedían permiso para reunirse a candombear, decían ‘a tocar tango’”.

En este Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial celebremos la diversidad de la que la población afrodescendiente en Argentina es parte pese a que -como lo expresó el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo en su publicación Afrodescendientes, guía temática- ha sido “negada por los discursos oficiales, por la historia y por las narrativas de la nación que buscaban la homogeneidad y la europeidad”.


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