Valeria Coppa, una muerte política



La cita fue pautada frente a la Catedral de Bariloche. Hasta allí llegó Valeria Coppa el miércoles pasado para encontrarse con su ex pareja. No hubo encuentro alguno, solo una bala certera penetrando en su cabeza disparada por el hombre que la había convocado a la cita.


Valeria Coppa es una más de las 29 mujeres que ya han muerto violentamente en nuestro país en lo que va del corriente año. Como si se tratara de una verdadera pesadilla, cada 30 horas una mujer es asesinada en nuestro país en manos de maridos, parejas, ex parejas u hombres llegados a sus vidas de manera casual. Una verdadera cacería de género que parece no tener límite y que coloca a nuestro país en un verdadero estado de riesgo para millones de mujeres.

La violencia de género no solo daña a la víctima directa, daña a la sociedad en la que esa violencia tiene lugar. Valeria Coppa, al igual que las otras mujeres asesinadas, tenía hijos, hermanos, padres, amigos. Todo un universo afectivo que se ha desmoronado junto con su vida.

Durante años, décadas, siglos, esta clase de violencia estuvo invisibilizada y hasta fue aceptada y justificada. Así como el abuso sexual fue consentido, la violencia hacia las mujeres formó parte de una “natural” escena social, como si las mujeres hubieran “merecido” el daño sufrido sobre sus cuerpos. Un patrón modelado en la tradición, en el conservadurismo, en el patriarcado fue el que hizo y sigue haciendo posible que esta clase de crímenes siga teniendo lugar.

Nuestra sociedad, los movimientos sociales, el inmenso universo conformado por tantas mujeres embanderadas bajo el lema de “Ni una menos” ha logrado conquistas indiscutibles, valiosas, de eso no cabe duda. Pero no alcanza. La muerte de Valeria Coppa asesinada en Bariloche demuestra que ese esfuerzo debe duplicarse  y que no hay otra opción que comprometernos a trabajar, cada día, cada hora de nuestros días, para que este flagelo termine de una vez y para siempre.

No solo la mano asesina es la responsable. Como bien expresa Diana Maffía, “cuando el Estado no aplica la perspectiva de género en las políticas públicas tiene como resultado situaciones concretas de violencia hacia las mujeres.  Entonces, esa violencia interpersonal se convierte en violencia política”
Quien daña a una mujer, nos daña a todos.

Ahora pidamos justicia para este crimen que nunca, jamás,  debió ocurrir.

Ya hubo 25 casos de femicidios en la Argentina y recién estamos promediando el primer mes del 2019. Ocurrieron en Córdoba, Santiago del Estero, Chaco, Corrientes, la provincia de Buenos Aires y más zonas del país.

Las cifras del 2018 son impactantes. Según informó la organización feminista MuMaLá (Mujeres de la Matria Latinoamericana), el año pasado ocurrieron 259 femicidios. De esta forma, hubo uno cada 34 horas.

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