Etchecolatz y la Democracia incompleta
La polémica decisión marca un retroceso gigantesco para la política de DDHH que este país desarrolla en busca de memoria, verdad y justicia. Un monstruo como Etchecolatz, no debe estar en otro sitio sitio que la cárcel común, perpetua y efectiva.
Etchecolatz fue condenado a dos cadenas perpetuas una de las cuales fue unificada con otras cuatro penas que se le dictaron en 1986, 2004, 2006 y 2014 además tiene abiertas otras 11 causas en el Tribunal Oral Federal Nº 1 de la ciudad de La Plata, en cuatro de ellas ya accedió al arresto domiciliario y en el resto se le dicto el cese de la prisión preventiva. Los querellantes anticiparon que apelarán la medida y exigieron al tribunal que revea el lugar de residencia del genocida porque a pocos metros de allí vive una de sus víctimas.
Por todo esto es preciso exigir a la Corte Suprema de la Nación deje sin efecto este terrible fallo y el genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz y continúe en el penal de Ezeiza cumpliendo condena por todo los crímenes cometidos contra el país, sus ciudadanos y la democracia.
Reclamamos Justicia por los que no están, por sus familias y fundamentalmente porque si los monstruos como #Etchecolatz están en la calle, estamos todos en peligro.— Guillermo Whpei (@GuillermoWhpei) 27 de diciembre de 2017
"Etchecolatz es el límite" Nos sumamos a las palabras que sostiene la declaración que firman Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, la Comisión por la Memoria, Familiares de Detenidos Desaparecidos y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) entre otros organismos. La prisión domiciliarias para condenados por crímenes de lesa humanidad es simple y llanamente una libertad encubierta.
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