La violencia es el enemigo de la Democracia


Como ciudadanos no podemos dejar de exigir que cese la violencia y hacer un llamado a la pacificación. El conjunto de la sociedad necesita un gesto de grandeza de sus dirigentes. Nos debemos una reflexión sobre los graves acontecimientos vividos en estos días, en el marco del debate del proyecto de Reforma del Régimen Previsional. Sentimos dolor y angustia. Es preocupante la creciente violencia. Pero es responsabilidad de todos, apelar al diálogo verdadero, escucharnos, y al debate constructivo que deje atrás esta violencia inaceptable en democracia.

El diálogo siempre debe ser el garante de construcción de consensos como el único camino para la PAZ. En momentos de tensión social como las que vivimos esperamos y exigimos que nazca de nuestros representantes gestos de pacificación, escucha y reflexión. Se tratan temas sensibles que afectan a las poblaciones más vulnerables e invisibles. En democracia la violencia NUNCA puede ser el camino. Nuestra historia nos muestra que puede llevarnos a un final trágico. 

Luchar contra todas las formas de violencia nos permitirá avanzar por un mundo más equitativo y justo. 












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