La esclavitud es una realidad hoy

La esclavitud contemporánea ha sido uno de los temas de interés de Francisco desde mucho antes de asumir el papado. 


Luego del encuentro de jefes comunales realizado días atrás en el Vaticano, este tema entra en la agenda de nuestro municipio posicionado por Mónica Fein, quien asistió al foro. Ya en 2014 Fundación para la Democracia Internacional conducida por Guillermo Whpei su presidente, se constituía en lucha contra la esclavitud contemporánea, luego de un estudio realizado por un equipo de investigación integrado por siete profesionales multidisciplinarios.

La Fundación para la Democracia Internacional se encuentra hoy en alianza con organizaciones internacionales que respaldan el trabajo que se viene llevando a cabo desde hace varios años. “Somos conscientes que aunando esfuerzos el impacto es mayor. Es necesario un cambio concreto y sustentable, estamos hablando de la libertad de 21 millones de personas en el mundo”, reflexiona Guillermo Whpei.


Hoy la esclavitud se presenta en formas más esquivas y escurridizas. A través de nuestras investigaciones hemos logrado establecer situaciones de esclavitud en dos ejes principales: el sector de la indumentaria y en el trabajo migrante en el sector rural”, reveló Whpei.

 Con respecto al sector de la indumentaria, Argentina emplea no menos de 250.000 personas y más del 70% lo hace en condiciones de informalidad, sin acceso a derechos laborales. En esas condiciones, y a partir de una red compleja de connivencias públicas y privadas, se han identificado situaciones de esclavitud contemporánea. Se desempeñan mayormente en talleres de costura clandestinos que concentran entre veinte y treinta trabajadores -muchos de ellos migrantes-.

AntiSlavery International –la organización más antigua del mundo en lucha contra la esclavitud- establece una serie de criterios que permiten definir que hay esclavitud cuando a alguien:


  • Se le obliga a trabajar - mediante amenazas psicológicas o físicas;
  • Se le convierte en propiedad de un "empleador", generalmente mediante maltrato físico o mental o mediante amenazas de maltrato;
  • Se le deshumaniza y se le trata como a una mercancía, o se le compra y vende como a una "pertenencia";
  • Se le limita físicamente o se le impone restricciones a su libertad de movimiento.



 “Una persona que lo único que hace es repetirse constantemente sabiendo que no hay esperanzas en vivir un mañana fuera de esa cinta de sometimiento va perdiéndose como ser humano y naturaliza su situación, deja de rebelarse y acepta su destino de abuso y maltrato. Desde la fundación estamos trabajando para esclarecer las formas en que éstas prácticas se desarrollan en Argentina, para combatirlas desde programas específicos. Pero sobre todo desde la promoción y la divulgación de ésta información a toda la comunidad. Debemos concientizar porque estamos convencidos que del saber no se vuelve, expresó el presidente de la Fundación para la Democracia Internacional.


Comentarios

Entradas populares