El Palacio Fuentes reabre sus puertas
La Fundación Litoral restauró el edificio de Santa Fe y Sarmiento. Ofrecerán ciclos culturales
Imponente, Elegante e histórico. Es uno de los edificios rosarinos más fotografiados por los turistas después del Monumento a la Bandera. El Palacio Fuentes con su clásico reloj en lo alto de su torre es también más que importantes por su valor patrimonial y, como no podía ser de otro modo, se levanta en una esquina que es un ícono del centro: Santa Fe y Sarmiento, frente al bar El Cairo. Estuvo cerrado los dos últimos años, pero la Fundación Litoral lo restauró tras invertir casi un millón de dólares y desde el miércoles lo abrirá a toda la ciudad, a través de numerosos ciclos culturales. Pero no todo termina allí: el año que viene se inaugurará en el subsuelo de 1.200 metros cuadrados , el Museo de la Democracia.
“Somos una organización civil integrada por empresarios, profesionales y ciudadanos convencidos de que la democracia se reafirma cada día y la construimos entre todos. Recuperamos este edificio para todo Rosario, será un espacio de escucha, un lugar donde aprender, nosotros y los que vengan, y desde donde colaboraremos con iniciativas culturales a construir una sociedad más inclusiva”, dijo el presidente de la fundación, Guillermo Whpei.
A partir del 29 de junio, se lanzará un ciclo de cine especial para ciegos y disminuidos visuales. “El secreto de sus ojos” y “El ratón Pérez” son los dos filmes programados. “La idea es trabajar mucho con las escuelas. También, como asociación que apuesta a los valores democráticos, está previsto un ciclo de debate con los candidatos políticos y ya tenemos en marcha varios trabajos en nuestro centro de investigación. Entre otros temas, preparamos un estudio sobre catolicismo y democracia, los aspectos positivos y negativos de la unión de esos dos ejes, y también investigamos qué tan inclusiva es esta ciudad para los discapacitados por su arquitectura”, explicó Whpei.
En agosto hay más actividades previstas. El 12 de ese mes, disertará el médico Abel Albino, presidente de la Fundación Conin, que trabaja desde Mendoza contra la desnutrición infantil.
En agosto hay más actividades previstas. El 12 de ese mes, disertará el médico Abel Albino, presidente de la Fundación Conin, que trabaja desde Mendoza contra la desnutrición infantil.
Cifre. “Al Cifre del Palacio Fuentes lo encontramos devastado, pero lo recuperamos”, aseguró Whpei al hablar del subsuelo del edificio construido entre 1922 a 1927. El “Cifre” funcionaba como bar y salón de fiestas y combinaba los más finos detalles de época en el ornamento. Por él pasaron desde el príncipe de Gales hasta todos los presidentes de la época, salvo el austero Hipólito Yrigoyen.
El enorme salón (restaurante, salón de té y espacio de desfiles y fiestas) lucía desde sus columnas con capiteles y base de bronce hasta un increíble palco para música realizado en mármol de Carrara. Obviamente, este lujo tenía correspondencia directa con la vajilla de Limoges, plata boliviana, cristalería y fastuosos centros de mesa.
Hacia 1959 el Cifre cerró y se vendió a un banco. “Era nuestra obligación recuperar un edificio emblemático de nuestra historia, ya que es patrimonio cultural de todos”, dijo Whpei.
El inmigrante español y agropecuario Juan Fuentes encargó al arquitecto J.B. Durand la construcción del llamado Palacio para su propia vivienda y como inversión inmobiliaria. La construcción propiamente dicha estuvo a cargo de Enrique Ferrarese. Los mármoles, grifería, aberturas en madera, bronces y azulejos fueron importados desde Alemania e Italia. Con tecnología de vanguardia para la época, el edificio se proyectó con calefacción central y sistema de radiadores, dormitorios en suite, portero eléctrico, ascensores y dependencias y áreas de servicios.
El enorme salón (restaurante, salón de té y espacio de desfiles y fiestas) lucía desde sus columnas con capiteles y base de bronce hasta un increíble palco para música realizado en mármol de Carrara. Obviamente, este lujo tenía correspondencia directa con la vajilla de Limoges, plata boliviana, cristalería y fastuosos centros de mesa.
Hacia 1959 el Cifre cerró y se vendió a un banco. “Era nuestra obligación recuperar un edificio emblemático de nuestra historia, ya que es patrimonio cultural de todos”, dijo Whpei.
El inmigrante español y agropecuario Juan Fuentes encargó al arquitecto J.B. Durand la construcción del llamado Palacio para su propia vivienda y como inversión inmobiliaria. La construcción propiamente dicha estuvo a cargo de Enrique Ferrarese. Los mármoles, grifería, aberturas en madera, bronces y azulejos fueron importados desde Alemania e Italia. Con tecnología de vanguardia para la época, el edificio se proyectó con calefacción central y sistema de radiadores, dormitorios en suite, portero eléctrico, ascensores y dependencias y áreas de servicios.
Fuente: LACAPITAL
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